9 And when he had opened the fifth seal, I saw under the altar the souls of them that were slain for the word of God, and for the testimony which they held:
10 And they cried with a loud voice, saying, How long, O Lord, holy and true, dost thou not judge and avenge our blood on them that dwell on the earth?
11 And white robes were given unto every one of them; and it was said unto them, that they should rest yet for a little season, until their fellowservants also and their brethren, that should be killed as they were, should be fulfilled.
1Y él mandó al que presidía en su casa, diciendo: Hinche los costales de aquestos varones de alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su costal.
2Y mi copa, la copa de plata, pondrás en la boca del costal del menor con el dinero de su trigo. Y él hizo como José dijo.
3Venida la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.
4En saliendo ellos de la ciudad, que aun no se habían alejado, José dijo al que presidía en su casa: Levántate, y sigue a aquellos hombres: y cuando los tomares, díles: ¿Por qué habéis tornado mal por bien?
5¿No es esta la copa en que bebe mi señor? ¿y en que suele adivinar? mal habéis hecho en lo que hicisteis.
6Y como él los alcanzó, díjoles estas palabras.
7Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos.
8He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales te volvimos a traer desde la tierra de Canaán: ¿cómo pues habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?
9Aquel en quien fuere hallada de tus siervos, que muera, y aun nosotros seremos siervos de mi señor.
10Y él dijo: También ahora sea conforme a vuestras palabras: aquel en quien se hallare, será mi siervo, y vosotros seréis sin culpa.
11Ellos entonces diéronse priesa, y derribaron cada uno su costal a tierra, y abrieron cada uno su costal.
12Y buscó, desde el mayor comenzó, y acabó en el menor: y la copa fue hallada en el costal de Ben-jamín.
13Entonces ellos rompieron sus vestidos, y cargó cada uno su asno, y volvieron a la ciudad.
14Y llegó Judá y sus hermanos a casa de José, y él estaba aun allí, y postráronse delante de él en tierra.
15Y díjoles José: ¿Qué obra es esta que habéis hecho? ¿No sabéis vosotros que un hombre como yo adivinando adivina?
16¶ Entonces Judá dijo: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? o ¿con qué nos justificaremos? Dios ha descubierto la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros también, y aquel en cuyo poder fue hallada la copa.
17Y él respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fue hallada la copa; aquel será mi siervo: vosotros id en paz a vuestro padre.
18Entonces Judá se llegó a él, y dijo: Ay, señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres como Faraón.
19Mi señor preguntó a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre, o hermano?
20Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre viejo, y un mozo nacido en su vejez, pequeño, y un hermano suyo murió, y él quedó solo de su madre, y su padre le ama.
21Y tú dijiste a tus siervos: Traédmelo, y yo pondré mis ojos sobre él.
22Y nosotros dijimos a mi señor: El mozo no puede dejar a su padre; porque si dejare a su padre, el padre morirá.
23Y dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no descendiere con vosotros, no veais más mi rostro.
24Aconteció pues, que como venímos a mi padre tu siervo, contámosle las palabras de mi señor.
25Y dijo nuestro padre: Volvéd: comprádnos un poco de alimento.
26Y nosotros respondimos: No podemos ir: si nuestro hermano menor fuere con nosotros, iremos: porque no podemos ver el rostro del varón, no estando con nosotros nuestro hermano el menor.
27Entonces tu siervo, mi padre, nos dijo: Vosotros sabéis, que dos hijos me parió mi mujer;
28Y el uno salió de conmigo, y de él dije: De cierto que fue despedazado; y hasta ahora no le he visto.
29Y si tomareis también a este de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis descender mis canas con dolor a la sepultura.
30Y ahora como yo viniere a tu siervo, mi padre, y el mozo no fuere conmigo, porque su alma está ligada con el alma de él,
31Será, que como él no vea al mozo, morirá: y tus siervos harán descender las canas de tu siervo nuestro padre con dolor a la sepultura:
32Porque tu siervo salió por fiador por el mozo con mi padre, diciendo: Si no te le volviere, entonces yo seré culpado a mi padre todos los días.
33Ruégote, pues, que quede ahora tu siervo por el mozo por siervo de mi señor, y el mozo vaya con sus hermanos.
34Porque ¿cómo vendré yo a mi padre sin el mozo? Por no ver el mal que a mi padre vendrá.