9 And when he had opened the fifth seal, I saw under the altar the souls of them that were slain for the word of God, and for the testimony which they held:
10 And they cried with a loud voice, saying, How long, O Lord, holy and true, dost thou not judge and avenge our blood on them that dwell on the earth?
11 And white robes were given unto every one of them; and it was said unto them, that they should rest yet for a little season, until their fellowservants also and their brethren, that should be killed as they were, should be fulfilled.
1Y vinieron todos los príncipes de los ejércitos, y Johanán, hijo de Carée, y Jezonías, hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor.
2Y dijeron a Jeremías profeta: Caiga ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto; porque habemos quedado unos pocos de muchos, como tus ojos nos ven:
3Para que Jehová tu Dios nos enseñe camino por donde vamos, y lo que hemos de hacer.
4Y Jeremías profeta les dijo: Ya he oído: he aquí oro a Jehová vuestro Dios como habéis dicho; y será que todo lo que Jehová os respondiere; os enseñaré: no os dejaré palabra.
5Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.
6Ora sea bueno, ora malo, a la voz de Jehová nuestro Dios, al cual te enviamos, obedeceremos; porque obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios, hayamos bien.
7Y aconteció que a cabo de diez días fue palabra de Jehová a Jeremías.
8Y llamó a Johanán, hijo de Carée, y a todos los príncipes de los ejércitos que estaban con él, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,
9Y díjoles: Así dijo Jehová Dios de Israel al cual me enviasteis para que hiciese caer vuestros ruegos en su presencia:
10Si quedando os quedareis en esta tierra, edificaros he, y no os destruiré: plantaros he, y no arrancaré; porque arrepentido estoy del mal que os he hecho.
11No temáis de la presencia del rey de Babilonia, de cuya presencia tenéis temor: no temáis de su presencia, dijo Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros, y libraros de su mano.
12Y daros he misericordias, y habrá misericordia de vosotros, y haceros ha morar en vuestra tierra.
13Y si dijereis: No moraremos en esta tierra, no obedeciendo a la voz de Jehová vuestro Dios,
14Diciendo: No: antes nos entraremos en tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni tendremos hambre de pan; y allá moraremos:
15Ahora, pues, por tanto oíd palabra de Jehová, residuos de Judá: Así dijo Jehová de los ejércitos, Dios de Israel; Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para peregrinar allá:
16Será que la espada que teméis, allá en tierra de Egipto os comprenderá; y la hambre de que tenéis temor, allá en Egipto se os pegará; y allá moriréis.
17Y será que todos los varones que tornaren sus rostros para entrarse en Egipto para peregrinar allá, morirán a espada, a hambre, y a pestilencia: ni habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que yo traigo sobre ellos.
18Porque así dijo Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalem, así se derramará mi ira sobre vosotros, cuando entrareis en Egipto; y seréis por juramento, y por espanto, y por maldición, y por afrenta, y no veréis más este lugar.
19Jehová habló sobre vosotros, o! residuos de Judá: No entréis en Egipto: sabiendo sabéd que os aviso hoy.
20¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Porque vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y conforme a todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, así nos lo haz saber, y hacerlo hemos.
21Y héoslo denunciado hoy, y no obedecisteis a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.
22Ahora pues, sabiendo sabéd que a espada, y a hambre, y a pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para peregrinar allá.